Sea en una película de Hollywood o en una porno hecha en casa, estamos acostumbrados a ver mujeres viniéndose cada una de las veces. Pero seamos honestos en la vida real no es así de explosivo. De hecho, para muchas de nosotras, tener sexo no significa automáticamente tener un orgasmo. Si eso te suena familiar, viniste al lugar correcto.
Tenemos cinco posiciones que reconocemos pueden cambiar tu sexo de un “oh” a tu “Gran O” (y aunque sabemos que este tamaño nunca se acomoda a todas, esperamos que te entretengas atentándolas).
1. Misionero con soporte
¿Crees que el misionero es aburrido? Piensa otra vez. Algunas veces, lo simple es muy sexy.
Tú abajo, él encima, lo usual. Ahora intenta poniendo una almohada (o dos) bajo tus nalgas para agregar un extra. Esto elevará tus caderas, así tu pareja puede llegar más profundo y tu clítoris debería quedar perfectamente posicionado para la estimulación. Su peso sobre ti entre tus piernas puede realmente prenderte.
2. La vaquera
Súbete y toma el control,
El recostado, te sientas en contra y mirándolo frente. Una vez que él esté dentro de ti y tu llevas el ritmo, comienza a cambiar las cosas, un poco más rápido, un poco más lento. Deslizamientos largos y lentos mezclados con lo suficiente hasta donde te gusta. Tienes el control asi es que haz lo que se sienta bien para ti – si quieres seguir adelante, ve por ello. Estar a cargo de esta manera puede prenderte de forma masiva y a él también. Ah y recuerda que si tus manos no están ocupadas entonces eres libre de jugar (y él también) – intenta alcanzar tu clítoris, pídele que juegue con tus pechos o quizás alguno de los dos pueda alcanzar un juguete sexual.
3. La mesa de la cocina
¿Por qué esperar llegar a la cama? EL sexo espontáneo puede ser muy pero muy excitante (Y te alienta a desocupar el lavaplatos todos los días).
Para esta posición súbete a una mesa alta (o pídele a él que lo haga, si te quieres sentir un poco más dominada). Con tu trasero en el borde de la mesa, recuéstate y deja que tu pareja se deslice hacia adentro. Enrolla tus piernas alrededor de él o ponlas sobre sus hombros si eres más flexible y quieres sentir mayor profundidad. Sus manos están libres para tocarte, asi es que pon esos dedos a trabajar sobre tu clítoris o en tus pechos o donde sea que te ayude a venirte pronto.
4. Contra la pared
Sexo de pie. No siempre es el más fácil, pero te contamos que esta variación merece otra oportunidad…
Apoya la parte alta de tu espalda contra la pared y adelanta tus caderas, envuelve una pierna alrededor de tu pareja y permítele que entre. Luego disfruta buscando que tan profundo y rápido les gusta a ambos. Ubicar tus caderas hacia adelante de esta manera logra una posición vertical que puede ser una de las mejores maneras de darle a ese a veces difícil de alcanzar punto G, muchísima atención. ¡Sólo recuerda cambiar las piernas de vez en cuando, todo ese balaceo puede cansarlos!
5. La silla
Si no te llama la atención estar de pie, entonces esta posición sentada realmente da en el clavo.
Toma una silla que tenga respaldo (que no sea voluminoso) y pon a tu pareja sentada frente a ti, ponte encima y móntalo, que se deslice dentro tuyo. Si puedes, mantén tus pies sobre el suelo y esto hará que sea más fácil moverte de arriba hacia abajo (usando el piso para impulsarte). Luego depende de ti- que tan lento o rápido o profundo lo quieres.